Un documento interno del Departamento de Estado de Estados Unidos ya advertía el mes pasado sobre el posible colapso de Kabul previsto para poco después de la retirada total de las tropas estadounidenses en Afganistán.

Esta investigación se muestra como una de las evidencias más claras de que la Administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, había sido advertido por sus funcionarios de que el avance de los talibán era "inminente" y de que el Ejército de Afganistán no sería de capaz de frenarlos, según un artículo publicado por 'The Wall Street Journal' en el que se toma como fuente a un funcionario norteamericana y otra persona "familiarizada con el documento".

Ante este posible escenario, se ofrecían recomendaciones sobre posibles formas de mitigar esta futura crisis y, además, acelerar el proceso de evacuación, según han apuntado ambas fuentes del diario estadounidense.

Este mismo documento también exigía al Departamento de Estado que usara un lenguaje "más duro" a la hora de describir las atrocidades cometidas por los talibán.

Sobre este último tema relacionado con las masacres perpetradas por los talibán, Amnistía Internacional ha publicado un informe en el que se acusa a este grupo de cometer una masacre "brutal" contra miembros de la etnia hazara, de habla persa, en la aldea de Mundarakht, situada el suroeste de Kabul.

El grupo defensor de los Derechos Humanos ha apuntado que los talibán asesinaron con armas de fuego a seis hombres y torturaron a otros tres hasta la muerte a principios del mes de julio.

"La brutalidad a sangre fría de estos asesinatos es un recordatorio del historial de los talibán y un indicador espantoso de lo que puede traer el Gobierno talibán", ha expresado la secretaria general de la ONG, Agnes Callamard, en un comunicado. "Estos homicidios selectivos son una prueba de que las minorías étnicas y religiosas siguen estando en peligro", ha añadido.

Además, han lamentado que esta sea solo una "pequeña fracción" del número total de asesinatos que se han llevado a cabo en las últimas fechas, ya que el grupo insurgente ha cortado el servicio de telefonía móvil en muchas de las áreas que dominan, por lo que el flujo de noticias, fotografías y vídeos está ahora también bajo el control talibán.

Por esto, Amnistía Internacional ha instado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a que adopte una "resolución de emergencia" en la que se exija a los talibán que respeten el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y se garantice la seguridad de todos los ciudadanos afganos más allá de su origen étnico o sus creencias religiosas.

"El Consejo de Derechos Humanos de la ONU debe poner en marcha un sólido mecanismo de investigación para documentar, recopilar y preservar pruebas de crímenes y abusos de Derechos Humanos en curso en Afganistán. Eso resultará fundamental para garantizar una toma de decisiones informada por parte de la comunidad internacional y combatir la impunidad que sigue alimentando graves crímenes en el país", han zanjado.